¡Socorro!….mi border collie se tira a los coches (II)

Vamos a ver que hacemos con los perros que ya se tiran a los coches (u otros objetivos móviles).

Existen varias maneras de abordar este problema. Si yo fuera políticamente correcto solo te hablaría de una: el contracondicionamiento en positivo. Consistiría en enseñar al perro un comportamiento que sea incompatible con la persecución y que podamos reforzar positivamente (premiar). Lo más habitual sería sentar al perro y premiarlo con un trozo de salchicha cada vez que aparece el estímulo que desencadena la persecución. A este esquema añadiríamos la distancia al estímulo como graduador de la emoción presente en el perro: es posible que si un coche pasa a 5 metros del perro este no pueda contenerse, pero si lo ponemos a 100 metros si pueda escucharnos y sentarse para recibir su premio. Así, poco a poco, iríamos reduciendo esta distancia hasta conseguir que el perro se siente a cualquier distancia del desencadenante de la persecución.

¿Funciona este planteamiento?. Pues a veces sí, pero para ello necesitamos que el perro prefiera nuestro premio al refuerzo interno que implica una persecución. Normalmente los perros que persiguen lo hacen por un instinto (de caza) muy potente al que se añade, en el caso del Border, una obsesión que hace que anticipe y busque activamente la situación que desencadena el comportamiento. Los perros que prefieren el premio (la salchicha) normalmente no llegan a perseguir de este modo y son perros mucho más sencillos de controlar en todas las situaciones.

Entonces, si tenemos un perro que persigue como un loco y que no responde al planteamiento en positivo convencional ¿Qué podemos hacer?. Pues lo primero sería pensar en otro planteamiento en positivo consistente en probar si las ovejas despiertan en el perro el mismo instinto que generan los coches, bicis…etc. Si fuera el caso en pocas sesiones le podemos hacer entender la diferencia entre una oveja y un coche, y lo bueno es que sea el dueño quien se lo explique y quien sea capaz de controlar la emoción inicial (altísima) para rebajarla y que escuche las indicaciones (despacio, para, derecha….etc). Nunca, jamás, veremos un perro que pastorea perseguir a un coche o a una bici. Si quieres probar con un testaje de instinto en el club de pastoreo hacemos uno cada mes.

Como el camino de las ovejas es un poco más largo y cómo algunos perros persiguen coches pero no hacen ni caso a las ovejas, vamos a hablar de un tercer planteamiento, un poco más polémico.

Suelo contar algo que me pasó hace bastantes años (demasiados para mi gusto) cuando estaba intentando contracondicionar la conducta de un Border que perseguía coches. Con mi correa larga y a la distancia que consideré oportuna, cada vez que pasaba un coche llamaba al perro tirando un poco de la correa larga y le daba una chuche. Así estuve un buen rato y no parecía que la cosa fuese mal. El perro (muy listo, para variar) entendió (por la correa) que ese día no había mucha posibilidad de perseguir y que era mejor conformarse con lo que había (salchichas), pero en un descuido en que solté un poco la correa (¿se dio cuenta el cabrito?) se escapó a perseguir un coche con tan mala fortuna que lo atropellaron. Por suerte el lance se saldó con una leve cojera del perro y un buen susto para mi. El caso es que ese perro nunca más volvió a perseguir coches (ni a pensarlo si quiera). La experiencia fue muy clara para él pues actúo lo que llamamos «castigo indirecto» (un estímulo aversivo que procede del ambiente y no de la autoridad del guía).

No os voy a recomendar que lo hagáis pero os lo cuento para que entendáis el concepto de lo que os propongo. Imaginaros que disponemos de un lugar tranquilo en el campo con un camino por el que a veces pasan coches y que nuestro perro espera que suceda para perseguir al primero que pase. Si hemos quedado con un amigo conductor este podría llevar la ventanilla bajada y en el momento en que el perro viene golpear la puerta o hacer un ruido estridente que asuste al perseguidor. ¿Y esto funcionará?. Pues depende de cómo sea el perro. Si es sensible y se asusta ya os digo que necesitará muy pocas experiencias para dejar las persecuciones, aunque es cierto que debería pasar con al menos dos o tres coches diferentes en dos o tres sitios distintos.

¿Y que pasa si el perro no pide perdón?. Incluso podría excitarse más y perseguir con más ahínco. En este caso hay que cambiar el planteamiento pero sin abandonar el concepto de castigo indirecto. Suele ser muy buena idea utilizar una correa de 10 metros que el perro debe estar acostumbrado (no te saltes este paso) a llevar a la rastra. En este caso el perro perseguiría el coche de nuestro «cómplice» que, tranquilamente parará y, mientras nosotros pisamos la correa del perro, se bajará del coche dirigiéndose al perro con gorra o similar en la mano para estando a su altura e inclinado sobre él y sin decir nada, golpearse la rodilla con la gorra haciendo ruido. Lo que se espera es que el perro se asuste y adopte posturas de sumisión. Sin decir más el conductor se sube al coche y se va…….a los cinco minutos repetimos y lo mismo que antes…..ideal que suceda con varios coches en varios sitios, pero os vais a asombrar de lo poco que necesitan de este tipo de experiencias (recordad no hablar en ningún paso para no meter autoridad en este ejercicio)

¿Se puede subir la apuesta en perros muy duros?. Si, pero no. No puedo escribir cosas aquí sin conocer al perro y al dueño, porque muchas de estas conductas no son problema de un perro «loco» sino de un dueño pusilánime que no tiene ningún tipo de control ni respeto del perro y sería el paso que hay que trabajar antes de seguir incidiendo en el animal (el control del perro se trabaja estupendamente delante de unas ovejas).

¿No cogerá el perro miedo a los coches con este planteamiento? Pues habrá casos y casos, dependiendo del perro. En muchos casos el miedo está presente en el origen del problema y la persecución es una gestión inadecuada de ese miedo. Es decir, el perro tiene miedo a los coches y aprende a perseguir y cree solucionar su problema (el coche se va). En estos perros aparecerá el miedo (conducta de quedarse junto al dueño, meter el rabo entre las patas, tender a alejarse o evitar contacto visual….) si bloqueamos la salida errónea (la persecución) y muchos interpretarán que ha sido por el castigo indirecto, pero ese miedo ya existía y ahora el perro lo está gestionando de manera más adecuada…..y con el tiempo aprenderá que no hacía falta perseguir para que el coche le «dejara en paz».

En la mayoría de perros simplemente aprenderán que se vive más feliz sin meterse en problemas y que los coches pueden suponer uno. Sin más.

Bueno. Mi ánimo es ayudar. No es obligatorio hacer estas cosas y tampoco te recomiendo que las hagas si no estás muy seguro y convencido. En el club de pastoreo podemos ayudarte si lo deseas y siempre puedes venir a los talleres de educación donde hablamos mucho de todas estas cosas.

Un saludo.

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